Ya tenia ganas de ver esta película … El mago mas cañero de la marvel ya tiene su adaptación al cine. Y aprueba con nota. Siempre es lo mismo … las películas de héroes de los que no he leído mucho acaban gustándome mas. Y del buen doctor tampoco es que haya leído casi nada. Solo los crossovers que ha tenido con Spiderman.
Así que … no puedo opinar sobre lo que se han ceñido al guión o lo que se han inventado (que siempre suele ser demasiado). El caso es que la transformación del Dr strange (el médico) en el Dr Strange (el mago) me parece bien … menuda ostia que se da el pollo.
Eso si … una vez que se pone el ojo de aggamotto y la capa … ahi empezamos a hablar … nadie le toca las narices al doctor extraño … ni siquiera Dormmamu.
Eso si … no sabia que el ojo de Aggamotto fuera una de las joyas del infinito. Me da que la vamos a liar con eso.
Vamos, una película divertida … con sus escenas finales, con el cameo de Stan Lee. Lo de siempre … y que sigan por ese camino.
El problema de esta vez … y de muchas … es la poca educación que tienen algunos cuando van al cine … Además de los casi 9 euros que te cobran por la entrada y de los mas de 20 minutos de anuncios que te cuelan (ya podían hacer un cine premium … ya que pago … quiero ver trailers, no anuncios de talleres de coches).
A lo que vamos … 20 minutos de trailers y cuando la peli lleva 10 minutos (o sea … 30 minutos tarde) … entra una pareja dando voces, con el móvil encendido porque no ven … menos mal que no había casi nadie y consiguieron encontrar el sitio pronto.
Llegan, se sientan … y empiezan a dar voces sobre el porque han llegado tarde al cine (cosa que a los demás nos importaba tres cojones). Además de abrir bolsas y comer palomitas como si fueran dos cerditos de los del cuento.
Vamos … una joya los tios … que gentuza coño.
Ya podían currarselo un poco mas los del cine … dejar 10 o 15 min de margen (lo que duran los anuncios) y después NO SE PUEDE ENTRAR.
La verdad es que dan ganas de dejar de ir al cine … dos entradas cuesta mas o menos lo que el Blu ray … y en casa no tengo que aguantar gilipollas.